Cuándo tener la charla de sexo con tu hijo

Cuándo tener la charla de sexo con tu hijo

Un día les sale el primer diente, después se llevan su primer chichón, más adelante los veremos estilizarse tanto que parecen versiones pequeñas de un adulto… Y otro día tienen su primer desengaño amoroso… Antes de ese momento, quizá sea hora de tener la «charla sobre sexo» con tu hijo o hija.

Si se trata de una niña, lo ideal es adelantarlo un poco: a edades similares, son más maduras emocionalmente y sus cuerpos se desarrollan antes. Como el momento va a llegar, tarde o temprano, quizá no sea tan malo ir preparándolo.

Y… ¿cómo sabremos reconocerlo? Se nos plantearán muchas cuestiones. ¿Cuánta información le debo dar? ¿Le explico en términos médicos, o utilizo palabras sencillas? Me he puesto a leer a una serie de blogueros que dan algunos alcances sobre el tema, porque me va a tocar pronto, y comparto con vosotros algunas de las pistas para la «charla sobre sexo»:

– La charla comienza mucho antes de que comience: A los diez o doce años, seguro que no quiere ni oir hablar de chicos (o de chicas en su caso). Hablarles y preguntarles puede ser una buena manera de ganarse su confianza, si le vamos mostrando que estamos dispuestas -sin presionar- a que nos cuenten de esa parte de sus vidas. Hay que trabajar en construir esa comunicación desde mucho antes.

– Parte de lo básico: cuando sientas que es el momento, intenta no saturarles con toda la información a la vez. Los trocitos de información que han venido recibiendo por diversos medios (porque no viven en una burbuja) deben encajar poco a poco en nociones básicas. ¿Qué tal preguntarles qué saben, o qué creen que saben, para empezar?

– No olvides hablar del cuerpo: aunque cueste un poco, hay que hablar de lo físico, sino no sería una charla sobre sexo. Están empezando en la fase de los cambios y sintiéndose confusos por todo. Por ejemplo, es necesario que las niñas conozcan sobre la menstruación antes de que la tengan, ¡no esperes tanto! Puede ser una buena técnica tratar de ponerse en su lugar (recordando cómo nos sentíamos) y hacerles entender que todos esos problemas y rubores se pasan, algún día.

– Debería ser cosa de padre y madre: si se puede. Tanto el niño como la niña deben tener la información de la sexualidad desde las dos partes. No hay nada mejor para romper tabúes. Una de las cosas que más entorpecen las primeras relaciones es, sin duda, la falta de conocimiento del sexo opuesto, y esta estrategia puede ser de ayuda. Teniendo a los dos, además, la charla podrá hacer mucho más enriquecedora. Si no están disponibles el padre o la madre, siempre podemos intentar incluir a una persona del ámbito familiar que sea de confianza (un tío o tía, etc.).

– Déjale preguntar y no te pongas violento/a: es fundamental escuchar. Si nuestro hijo o hija comienza a preguntar hemos ganado la mitad de la partida, quiere decir que hemos generado la comodidad suficiente con ellos. Podemos asegurar que en ese punto nos hemos convertido en referentes y, con un poquitín de mano izquierda, harán caso a nuestros consejos. El mensaje de la conversación no es tanto ese rato, probablemente incómodo, donde les intentamos explicar cómo nacen los niños o qué es la masturbación es: que sientan que nos tienen cerca y a su disposición.

Fuente: http://mx.mujer.yahoo.com

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