El descuartizador de la maestra es un estudiante abanderado

El descuartizador de la maestra es un estudiante abanderado

 

El descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoEl descuartizador de la maestra es un estudiante abanderadoLuis Ledesma tiene apenas 18 años, fue abanderado el año pasado de un colegio privado capitalino y sería el centro de las investigaciones de uno de los crímenes más espeluznantes de Santiago del Estero.

Es que otros cuatro sospechosos habrían revelado a los investigadores que el joven fue el encargado de desmembrar a la maestra jardinera, Leda Fabiana Raimundi Corral (43 años), y de comerse parte de su cuerpo en el lugar donde la asesinaron y en su casa.

Sin saber que el chico fue el mejor alumno y el mejor promedio en la secundaria, hasta hace pocos meses, la inteligencia llamó la atención de los policías. Siempre tuvo una respuesta para todo, siempre con la intención de desviar la investigación.

“Es un manipulador de primera”, reveló uno de los hombres ligados a la causa que se inició el viernes 15 de junio pasado a las 7.30, tras el hallazgo del cuerpo de la docente -quien residía en Belgrano al 3.000 del barrio Juramento- en un camino de Villa Robles.

“Quedate tranquila, mamá; nunca van a saber quién es”, habría manifestado Luis a Lucrecia Ledesma, mientras se encontraba sobre el cuerpo de la maestra.

Es el que más sangre tiene en sus ropas. Su pantalón de jeans y un buzo, secuestrados en su domicilio de Antártida Argentina 215, cuentan con gran cantidad de manchas de sangre que serían de la docente asesinada.

Los cortes

Los cortes del cuerpo se habrían iniciado en el cuello, donde Lucrecia Ledesma le habría aplicado la puñalada mortal. El filo del cuchillo habría continuado por la nuca, hasta realizar un semicírculo, lo que le habría permitido arrancar la cabellera y el rostro. Luego habría cercenado el brazo derecho y habría realizado otros cortes en el tórax que permitieron arrancar la parte pectoral.

De acuerdo con lo que habría manifestado su madre, el remisero y ex pareja de la víctima, Mario Rojas (37), y el vecino de los Ledesma, Gabriel Brandán (19), Luis habría comido parte de los restos en el lugar y el brazo habría colocado en una bolsa, que fue llevado hasta su casa, donde también lo habría consumido.

“Al parecer, él manejaba a su madre, la manipulaba”, aseguró uno de los investigadores. Esto también, supuestamente, se extendía al rito umbanda que se practicaba en la casa de los Ledesma, especialmente, los martes y viernes, que se iniciaban a la noche y se extendían hasta la madrugada, indicaron las fuentes.

Los investigadores sostienen que el cuerpo estaba muy ensangrentado, por lo que decidieron dejarlo donde lo desmembraron.

Bañado en sangre

El remisero Mario Rojas concurría a las reuniones umbandas en la casa de los Ledesma. Habría ingresado al culto por invitación de su colega, Guillermo “Turco” Pereyra, pareja de Lucrecia, quien se hacía llamar “Mae”, aunque no estaría registrada como tal, aseguró un grupo de líderes umbandistas.

De acuerdo con lo que habría revelado el propio remisero y la comadre de la dueña de casa, Yolanda (60 años), quien también habría manifestado que participó de la sesión y por el momento sólo es una testigo en el caso, Rojas habría sido convocado el martes 12 de junio, a la noche. Debía concurrir con un atado de acelga para que le realizaran el “trabajo” durante el ritual en la que habrían invocado a la diosa Pomba-Gira.

Rojas habría manifestado a los investigadores que habría pedido a los umbandistas que Fabiana Raimundi regresara con él o que desapareciera de su vida, ya que, según decía, siempre lo llamaba para que la llevara a distintos lugares y a veces intimaban, pero no quería que fueran pareja nuevamente.

Durante el ritual, que se habría extendido hasta la madrugada del día siguiente, Rojas habría estado desnudo cuando lo bañaron con lo que sería sangre, al parecer, de animal. Esto lo habrían confirmado el remisero y Yolanda.

Treinta y seis horas después, se cometía el crimen. “Eso es por ser h… de p…; p… de m…, todas son iguales”, habría gritado Rojas -de acuerdo con lo que habrían declarado los otros sospechosos-, luego de que Lucrecia Ledesma habría acuchillado en el cuello a la maestra jardinera, mientras su hijo y su vecino la sostenían de los brazos y la víctima se encontraba de rodillas en el camino vecinal de Villa Robles.

A Rojas le secuestraron un par de zapatillas blancas con manchas rojizas que podrían ser de sangre, que habría salpicado cuando la víctima recibió la primer cuchillada. Sin embargo, el sospechoso sostiene que es herrumbre.

El comienzo

De acuerdo con la investigación y testimonios de los sospechosos, Fabiana Raimundi trabajó la tarde del jueves 14 de junio en el jardín de infantes del barrio Mariano Moreno. Regresó a su casa, se cambió y salió. Desde Belgrano y Alsina habría llamado a las 18 a su ex pareja y remisero, Mario Rojas.

La llevó hasta el Iosep, compró órdenes, pero recibió un llamado de la secretaria de su médico para decirle que el profesional no iba a atender ese día. Seguidamente, fueron a La Banda (posiblemente para que no fueran visto juntos, reveló un investigador), donde la víctima compró regalos por el Día del Padre.

En el Golf Club

A las 20, Rojas y Raimundi se dirigieron por Costanera hacia el norte de la ciudad capital, al parecer, para intimar. Rojas estacionó el remís adentro del predio del Golf Club y habría enviado un mensaje de texto a Pereyra para que se dirigieran hacia el lugar.

En el remís de Pereyra ascienden su pareja, Lucrecia Ledesma; el hijo de ésta, Luis; y el vecino de los dos últimos, Gabriel Brandán. Los cuatro pasaron por una farmacia cercana a la parroquia Santa Rita, donde compraron dos jeringas, tres ampollas de un anestésico y un par de guantes.

El remís de Pereyra ingresó al Golf, descendieron los cuatro y apenas se acercaron al auto de Rojas, el joven Brandán le habría pegado un puñetazo en el rostro a la víctima, quien se encontraba sentada adelante.

Al mismo tiempo, Lucrecia, por la ventanilla del chofer, le habría colocado las inyecciones. La víctima fue trasladada al asiento trasero, donde se sentaron a ambos lados, Luis Ledesma y Brandán. Lucrecia lo hizo en el del acompañante de Rojas. Se dirigieron hacia Villa Robles. En el camino, la víctima habría sido golpeada y le colocaron una rejilla en la boca.

En Villa Robles

La víctima habría sido descendida del remís y la hicieron colocar de rodillas, mientras era sostenida por Luis Ledesma y Brandán. Lucrecia habría tomado un cuchillo de la guantera y le habría aplicado un puntazo en el cuello. Habría sido mortal.

Seguidamente, el joven Ledesma se habría encargado del cuerpo. Después Lucrecia habría arrojado el cuchillo y los guantes al monte (donde fueron encontrados, luego de la indicación que ella habría dado), y abandonaron el cuerpo al costado del camino.

En el bar

Los investigadores sospechan que Pereyra no habría ido hasta la escena del hecho, aunque conocía todo lo que pasó a través de comunicaciones por radio. Él habría quedado en la ruta 51, frente al Mishqui Mayu.

De regreso, los Ledesma y Brandán pasaron al remís de Pereyra. Todos se dirigieron hasta un bar de una estación de servicios de Yrigoyen al norte. Rojas se habría quedado con la campera y la cartera de la víctima, y les dio las tarjetas a Lucrecia y el celular a Brandán. Llegaron a las 23.

En el bar habría compartido una picada. A las 23.30, Pereyra y Lucrecia fueron a buscar a su comadre Yolanda. A esta vecina del barrio Borges, Lucrecia le habría manifestado cuando fueron al baño del bar: “Pomba-Gira mató a una persona” y le contó lo sucedido. La mujer ya declaró en la Policía.

En la casa

A la 0.30, Rojas se habría ido y Pereyra y el resto se habrían dirigido hasta Antártida Argentina 215.

Posteriormente, Yolanda habría sido trasladada a su casa por el remisero. En la vivienda, Luis Ledesma habría comido el brazo de la docente.


Fuente: http://www.elliberal.com.ar

Te puede interesar >>>

Quién ganó el Martín Fierro de Oro?

Quién ganó el Martín Fierro de Oro?

La ficción de Underground que se emitió por Telefe durante todo 2012 se quedó con la máxima estatuilla de …

Deja una respuesta