Cómo actuar si tus hijos dicen groserías

Cómo actuar si tus hijos dicen groserías

Los niños, poco a poco, van adquiriendo autonomía, pero no saben cuál es el límite permitido. Corren, brincan, comen solos, deciden qué ropa ponerse y diariamente descubren más de 20 palabras, incluidas las groserías.

De pronto, en el momento más inadecuado, dicen una palabra que nos deja completamente fríos, que nos hace reír, enojar o de plano sentir vergüenza. Esto sucede normalmente a los tres años de edad y nada permite escapar de esta embarazosa situación.

Cuando escuchamos a nuestro pequeño decir alguna grosería, nos preguntamos: ¿dónde aprendió estas palabras? ¿cómo le explico que decirlas es inapropiado? ¿cómo evito que las repita?
¡No te asustes! A esa edad los pequeños dicen groserías por imitación, realmente no saben qué significan. Recuerda que están fascinados por el lenguaje y son como esponjas. Repiten todo lo que escuchan, tal vez las aprendan en la escuela y las empezarán a usar para sentirse parte del grupo o para llamar la atención.

Aunque en un principio las usan sin saber su significado, poco a poco se van haciendo conscientes de las reacciones que provocan, por lo que es importante que no te enojes ni te rías, pues al hacerlo, los niños se dan cuenta de que esas palabras provocan reacciones, y si le damos demasiada importancia, estaremos reforzando esa conducta.

¿Cómo eliminarlas del lenguaje infantil?
1.- Investiguemos las razones por las que las dice, explícale que la gente las pronuncia y porqué no son aceptadas. Pregunta tranquilamente ¿en dónde escuchaste esa palabra?, ¿a quién escuchaste decirla?, ¿por qué dijiste esa palabra?
2.- Seamos el ejemplo: debemos estar atentos de las groserías que se dicen en casa. No es congruente pedir a los niños que no digan groserías si nosotros u otros familiares lo hacen.
3.- Cuando las diga, lo primero que debes de hacer es explicarle que son ofensivas, que pueden lastimar a las personas. Por ejemplo: «Rodrigo, si le pegas o le dices estúpida a tu amiga, la haces sentir mal, decirle esas palabras la lastima y lo mismo pasa con muchas palabras como ésta, ésta y ésta». Lo importante es hacerle entender porqué está mal que las diga.
4.- Si dijo groserías porque está enojado, debemos enseñar a expresar sus emociones de otra manera, hay que explicarle que existen otras formas de hacerlo, enseñarle que puede decir lo mismo pero con otras palabras. Siempre hacerlo con calma y de la mejor manera.
5.- Lo más importante: no avergonzar a un niño frente a otras  personas, hazlo en privado, no lo humilles.
6.- Si algún familiar o amigo le enseña esas palabras y le causa gracia, le puedes contestar de la siguiente manera: «no le enseñes esas palabras a mi hijo, porque lo que ahora te causa gracia, me obligará mañana a llamarle la atención y castigarlo y no creo que te guste saber que por algo que tú le enseñaste lo puedo castigar».

También podemos revisar la situación familiar, ¿le brindo la suficiente atención?, ¿lo escucho? ¿le exijo mucho? ¿hay algún conflicto en casa o en la familia que lo pudiera estar molestando?

Lo más importante es no exagerar las reacciones, entendamos que es una actitud importante para la formación de su personalidad y su independencia. La forma en que tu hijo hable en un futuro depende, entre otros factores, de la actitud y reacción que tomes ante estas palabras.

Por Tatiana Arévalo Dupont – Licenciada en psicología y en educación preescolar


Fuente: http://cnnespanol.cnn.com/

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