Países latinamericanos que más armas compraron

Países latinamericanos que más armas compraron

Entre el 2 y el 27 de julio, los 193 miembros de Naciones Unidas se reúnen en Nueva York con un solo objetivo: elaborar el primer conjunto de reglas para asegurar que el comercio mundial de armas se mantenga dentro de la ley y no se desvíe para contribuir a los conflictos armados y a la violencia.

En el marco de estas negociaciones, América Latina tiene un interés particular: aunque no aparece en las listas de mayores compradores o vendedores de armas, sí se ha visto particularmente afectada por los problemas derivados de este negocio que mueve hasta US$70.000 millones al año.

 

«Tenemos más armas en circulación que la mayoría de regiones y somos la región con las más altas tasas de homicidios por armas de fuego en todo el mundo», le dice a BBC Mundo Mélanie Régimbal, la directora del centro de Naciones Unidas para la paz, el desarme y el desarrollo en América Latina y el Caribe (Unlirec), con base en Perú.

Esa violencia es una razón importante que explica por qué la región, en términos generales aunque con excepciones puntuales, está a favor de que se establezca un tratado sobre el comercio de armamento convencional.

Después de todo, la venta de armas mal reguladas o ilegales contribuye a fomentar los conflictos armados y la corrupción, además de afectar el desarrollo nacional.

Tendencias

En las listas de los mayores importadores y exportadores de armas del mundo, los países de América Latina están lejos de las naciones más activas (ver recuadro).

En los compilados del instituto Stockholm International Peace Research Institute (Sipri), que sigue de cerca el tema, Brasil apenas se asoma como el exportador número 20 del mundo entre 2007 y 2011, mientras que Venezuela y Chile ocupan las posiciones 15 y 18 entre los 20 países que más importaron armamento en el mismo periodo.

Además, entre las regiones receptoras de armas, América recibió el 11% de las importaciones, sólo por encima de África (9%) y muy lejos de la principal región, Asia y Oceanía (44%).

Pero la posición en los listados no revela un aspecto fundamental de la situación regional: en América Latina -especialmente en Sudamérica- hay una tendencia creciente hacia una mayor militarización.

Entre 2002-2006 y 2007-2011, el volumen de las importaciones a los países sudamericanos creció 77%, según Sipri. En comparación, el aumento en África Subsahariana fue de 20%; en Asia y Oceanía, de 24%; y en el norte de África, 273%.

Dos casos llamaron la atención de los expertos: el de Venezuela y el de Brasil.

En el primero, gracias en parte a varios acuerdos con Rusia (el segundo proveedor de armas del mundo), Venezuela pasó de ser el importador número 46 del mundo a ocupar la posición número 15, lo que según Sipri es un aumento en sus importaciones del 555%.

El caso de Brasil también es importante por dos razones: por un lado es el principal exportador de la región (con aviones como los Super Tucano, producidos por Embraer y destinados a labores de contrainsurgencia, que resultan particularmente atractivos para la misma región).

Por el otro, su caso llamó la atención por un acuerdo que realizó con Francia para convertirse en el séptimo integrante de un selecto club: el de las naciones capaces de diseñar y operar submarinos nucleares.

El acuerdo, de US$14.000 millones en equipamiento militar, fue considerado en su momento el mayor gasto de este tipo en más de medio siglo para el gigante sudamericano.

La base de estos movimientos está en la situación económica de la región, según uno de los expertos consultados por BBC Mundo.

«Ha sido una década relativamente dulce en términos financieros para Latinoamérica, lo que ha permitido que los gobiernos puedan darse el lujo de gastar en armamento», dice Diego Fleitas, director de la Asociación para Políticas Públicas, una organización argentina que analiza las políticas de control de armas en la región.

Legal e ilegal

Estos movimientos, sin embargo, no explican por sí solos por qué América Latina sufre particularmente los efectos derivados del comercio de armas.

Los casos mencionados anteriormente se enmarcan dentro de las transferencias legales, mientras buena parte de la violencia surge como resultado de las transferencias ilegales.

Pero las dos están intrínsecamente ligadas, como le explica a BBC Mundo el mexicano Héctor Guerra, uno de los coordinadores de la Red de Acción Internacional sobre las Armas Pequeñas (IANSA, por sus siglas en inglés).

«Hay un problema muy serio, y es cuando las transferencias lícitas caen en manos equivocadas», dice.

De ahí que muchos consideren clave regular las transferencias lícitas como una manera de enfrentar los problemas del tráfico ilícito, como se discute actualmente en Nueva York.

En este caso, los países de América Latina apoyan mayoritariamente un eventual tratado, aunque algunos países presentaron sus reservas (ver recuadro).

«La violencia armada, el crimen y la seguridad son los temas más importantes que tienen en la agenda los estados de la región», concluye Régimbal, de Naciones Unidas.

«Entonces es clave buscar soluciones que ayuden a estandarizar los procesos. Los estados ven con buenos ojos el tratado como una herramienta para solucionar todos estos problemas que afronta la región».

Los cinco mayores proveedores de armas en 2007-2011:

  • Estados Unidos
  • Rusia
  • Alemania
  • Francia
  • Reino Unido

Los cinco mayores receptores de armas en 2007-2011:

  • India
  • Corea del Sur
  • Pakistán
  • China
  • Singapur

Fuente: www.bbc.co.uk

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