El peor abuelo del mundo

El peor abuelo del mundo

 

El peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundoEl peor abuelo del mundo¿Qué serías capaz de hacer si te enteraras que un familiar tuyo fue secuestrado? Probablemente, la mayoría de nosotros pensamos que haríamos hasta lo imposible por rescatarlo, ¿no es así?

Supongamos que sería la reacción, por decirlo así, esperada. Pero, hay quienes hasta en eso se salen de los parámetros, como lo hizo Jean Paul Getty (en la foto), un empresario estadounidense multimillonario dueño de la compañía Getty Oil.

Todo sucedió el 10 de julio de 1973, cuando Jean Paul Getty III, de 16 años, hijo de Paul Getty II y la actriz Gail Harris, quienes algún tiempo atrás se habían separado, fue secuestrado en Roma, donde vivía con su madre, publica yahoo.com.

Habían pasado cuatro meses desde su detención cuando su familia recibió un sobre con un mechón de pelo y una oreja amputada; los secuestradores pedían 17 millones de dólares para dejarlo libre.

«Consígalos en Londres», le dijo uno de los captores a su madre por medio de una llamada telefónica; lo hacía para referirse al padre de Jean Paul y, por supuesto, a su abuelo multimillonario.

Al principio toda era confuso, pues las investigaciones policíacas no habían llevado a la familia a ningún lado y Jean Paul llevaba una vida «rebelde» que hacía dudar a muchos de sus familiares sobre la veracidad del secuestro: había sido expulsado de siete escuelas; fue detenido por llevar una bomba molotov durante una manifestación y hasta había posado desnudo de manera erótica, lo que no le gustaba a los Getty. Justo por estos hechos, al principio no se le tomó importancia a los primeros mensajes de los secuestradores; aunado a que el abuelo no era muy desprendido de su fortuna.

Getty se caracterizaba por ser un hombre excéntrico, mujeriego, huraño y avaro, pues ningún miembro de su familia podía tomar ni un sólo peso sin su permiso. Incluso, se decía que en su propia casa tenía una cabina telefónica para cobrar por cada llamada que cualquiera hiciera.

Su avaricia lo llevó a no querer pagar los millones que le pedían por la vida de su nieto, diciendo que tenía 14 nietos más y que si accedía al chantaje, lo que obtendría serían otros 14 nietos secuestrados.

Ahora, la relación del padre de Jean Paul con el patriarca de la familia no era muy buena, así que ese fue un punto que no favoreció para nada al joven de 16 años. Su padre Jean Paul Getty Jr. no tenía el dinero para poder entregar a los secuestradores, por lo que tenía que acatar las decisiones de su padre.

«No pienso pagar nada ni ceder al chantaje», era la única respuesta que los secuestradores obtenían, hasta que mandaron la oreja y la policía le recomendó negociar el pago. El multimillonario Getty dijo que sólo estaba dispuesto a dar 2.2 millones de dólares, justo la cantidad que sus asesores financieros le habían recomendado; pues era el monto máximo por la que se podría beneficiar en las reducciones fiscales, cuando fuera el tiempo de pagar los impuestos.

Al final, con ruegos de Getty II, el millonario cedió el préstamo de  2.9 millones de dólares, con la condición de que esa cantidad era solo un préstamo que tendría que ser devuelto por completo con el 4 por ciento de intereses.

Un mes después, el 15 de diciembre de 1973, fue cubierto el rescate de Jean Paul III; de inmediato fue liberado al sur de Italia.

Después de la amarga experiencia, trató de agradecer a su abuelo, pero éste nunca le quiso recibir la llamada; mientras tanto, su padre se encargaba de pagar su deuda.

Paul Getty se casó con la fotógrafa Martine Zacher, relación con la que su abuelo no estuvo de acuerdo; incluso, ese fue el motivo para desheredarlo. Pero no fue al único, a su hijo, Jean Paul II, tampoco lo incluyó en su testamento.

Getty III se mudó a vivir a Nueva York, donde conoció a los artistas de The Factory, es decir, Andy Warhol y sus amigos. Luego se cambió a Los Ángeles, pero ya tenía problemas de alcoholismo y drogadicción, lo que lo llevó, en 1981, a sufrir una sobredosis que lo dejó tetrapléjico, ciego de un ojo y sin posibilidad alguna de hablar.

Cuando esto sucedió, su madre y él metieron una demanda para que su padre se hiciera responsable de los gastos médicos, que eran como 25 mil dólares al mes, explica elpais.com. Pero su padre no accedía a pagar ni un centavo, prefiriendo hacer donaciones de hasta 150 mil dólares a fundaciones culturales. Alegaba que con lo que tuvo que pagar del secuestro ya había cumplido con su hijo, explica eldiariomontanes.es.

Pasaron los años y Getty III tuvo que arreglárselas por sí mismo hasta su muerte, el 5 de febrero de 2011, cuando tenía 54 años.

Fuente: de10.com.mx

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