Toda la verdad sobre la salida de presos

Toda la verdad sobre la salida de presos

La noticia se convirtió rápidamente en un tema de discusión y polémica nacional. Presos que salían para participar de actos políticos, era un título para el escándalo. Sin dudas. Sin embargo, detrás de la forma en como fue presentada la situación se escondían otras verdades. Verdades que el ministro de Justicia, Julio Alak, se encargó de explicar en las últimas horas, luchando frenéticamente por desmontar la idea que se había instalado durante el fin de semana en la sociedad: que los presos salían sin control a “pasarla bien” sin que nadie los autorice ni supervise. Nada más lejos de la realidad.

El Servicio Penitenciario realiza de forma periódica, siguiendo leyes vigentes, salidas controladas y pactadas con la Justicia, para promover el proceso de resocialización de los reclusos. El objetivo, tal como resumió el ministro Alak, es evitar que al salir de la cárcel los presos se vean tentados a reincidir con alguien que los convoque a “hacer algún trabajito”. La política de salidas “culturales” no es la única encaminada a lograr la socialización y reinserción laboral de los reclusos.

También se completa con los cursos de capacitación a nivel primario, secundario y terciario que se imparten en las cárceles y con los trabajos que realizan los presos en los penales. Alak tuvo que salir a aclarar que es un “disparate absoluto” que se traslade a internos sin autorización de la Justicia, a la vez que también descartó que se reclute a presos para llevar a cabo act ividades políticas. “Son salidas debidamente autorizadas” y “se realizan para asistir a actividades culturales, en el marco de políticas basadas en la educación, el trabajo, el arte y la familia, destinadas a favorecer la reintegración social de las personas privadas de la libertad”, afirmó Alak.

El ministro recordó que “permanentemente” el servicio penitenciario realiza ese tipo de actividades para “alcanzar el objetivo más importante que tiene el sistema penitenciario, que es la resocialización”, en una labor que está “en sintonía con las políticas de inclusión social que lleva adelante el Gobierno nacional”.

Alak tuvo que salir a dar estas explicaciones luego de que trascendieran mediáticamente dos salidas concedidas en este marco al baterista del grupo Callejeros, Eduardo Vásquez, quien fue condenado por quemar viva a su novia, Wanda Taddei. Vásquez fue autorizado por la Justicia a dejar la cárcel en dos oportunidades. La primera vez fue el 25 de noviembre del año pasado, a través de un oficio judicial enviado por el Juzgado Oral en lo Criminal número 20 al director del Centro de Detención de Ezeiza. Allí la Justicia aclara que “se ha autorizado al nombrado (Eduardo Arturo Vásquez) a participar del evento cultural que llevará a cabo en la fecha la agrupación Vatayón Militante en avenida Corrientes 6257 de esta ciudad, entre las 21 y las 24 horas”.

En el texto judicial, el juzgado ordena también al Servicio Penitenciario “efectuar el traslado referido adoptando todas las medidas tendientes a mantener la seguridad y custodia del interno, debiendo reintegrarlo a su lugar de alojamiento una vez finalizado el mismo y comunicar tal circunstancia a la brevedad”. El texto, que contiene el rigor de los escritos judiciales, demuestra varias cosas: que Vásquez salió de la cárcel con autorización judicial, para un evento determinado (fijándose fecha y horas con precisión) y que se responsabilizaba al Servicio Penitenciario por su seguridad y traslado.

La autorización de la segunda salida del ex Callejeros condenado en la causa 3562 por el delito de homicidio fue firmada el 19 de junio pasado. Se trata de un escrito judicial aprobado por el juez de Cámara Pablo Laufer, esta vez autorizando su traslado a la Academia Superior de Estudios Penitenciarios Roberto Pettinato el día 24 de junio, con el fin de participar en la “Segunda feria de Trabajo, Arte y Cultura programada por la Dirección General del Régimen Correccional y el Ente de Cooperación Técnica y Financiera”.

Este segundo escrito también hace alusión a la responsabilidad del Servicio Penitenciario en el traslado. El caso de Vásquez, cuyas autorizaciones reproducimos en este número de “Democracia”, es el que deben seguir todos los reclusos que deseen participar en este tipo de “salidas culturales”. Tienen que contar con una autorización judicial precisa y firmada. Sin embargo, el caso Vásquez, que tiene una repercusión mediática asegurada, y la participación en actividades de una agrupación kirchnerista, sirvieron para presentar la noticia en forma escandalosa y crear una enorme polémica. Tras calificar de “mentira grave” lo publicado por Clarín, Alak destacó que el Servicio Penitenciario Federal es el “único en toda América latina que no tiene sobrepoblación” y agregó que “se han alcanzado cifras ejemplares sobre la cantidad de personas que tienen un trabajo o concurren a alguno de los niveles de educación formal, primario, secundario o universitario”.

El ministerio también difundió cifras según las cuales más del 70% de la población carcelaria federal estudia y trabaja y afirmaron que en las actividades culturales que realizan los reclusos fuera de las cárceles “participan sus familiares y son parte de esta política que busca darles a los internos un proyecto de vida que les permita evitar la reincidencia en el delito cuando recuperan la libertad”.

¿Que es el Vatayón Militante? El Vatayón Militante es una agrupación kirchnerista. Su característica es la acción en el campo, en el territorio, y se involucró desde su fundación en la labor social en villas de emergencia y en lugares de marginación social o donde es necesario hacer un trabajo de inserción o reinserción social, como es el caso de los penales. El Vatayón tiene un decálogo donde explican sus principios. Lo primero que explicaron es por qué su nombre se escribe con V y no con B. Aseguran que la V simboliza la victoria y la vuelta, la verdad y el voto. Su logo es un conejo, cuyas orejas expresan la V de la victoria, y eligieron ese animal porque “un conejo vive a los saltos, puede ser agresivo si muestra los dientes y una belleza de peluche animal si se lo quiere bien. También, los conejos se reproducen a toda velocidad”, aclaran. “Pretende encarnar lo plural de la Patria, lo popular del peronismo y lo mejor de todos y todas. Es peronista y, por añadidura, kirchnerista”, indican al referenciarse políticamente. Invitan a “miembros de otras agrupaciones” a “generar realidad efectiva militante, tanto territorial como virtual, entendiendo la participación popular como el único medio posible para realizar política, planearla, pensarla, dudar, planearla estratégicamente y, finalmente, ejecutarla”.

Sobre su campo de acción aseguran que entre sus objetivos está tener “un marcado acento cultural, entendiendo la cultura como un hecho nacional y popular”. La agrupación se creó antes de las elecciones del año pasado y viene realizando eventos culturales en barrios y también en las cárceles, mucho antes del revuelo mediático armado en las últimas horas. Otra de sus actividades consistió en pintar un mural en el penal de Ezeiza y celebrar el “día del compañero” dentro del mismo penal, con la actuación de cinco bandas musicales y la amplia participación de los reclusos y sus familias. El 13 de julio, en tanto, el Vatayón realizó el

“Encuentro de músicos perdidos” y participó de la feria de talleres y trabajo penitenciario de San Telmo, donde también estuvo Vásquez, el baterista de Callejeros. Vatayón Militante cuenta, para hacer su trabajo social en las cárceles, con el respaldo del titular del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel. Cuando estalló la polémica por la salida de los presos y su participación en actividades culturales, el Vatayón publicó una respuesta pública en el blog “Sumate a Cristina”, en una carta firmada por Juan Soriano, uno de los referentes de la agrupación, y por Diana Pinasco, coordinadora general de Talleres y Actividades Culturales. Allí afirman que “para nosotros, cada uno y una de las personas privadas de su libertad son exactamente iguales (…). Desde la deuda social que debe recoger la sociedad y con esta la militancia, es que trabajamos con todos los internos e internas, en iguales condiciones”.

Agregan que “el Vatayón no decide quién viene y quién no: eso lo decide en primera instancia el interno que se anota en el evento, y luego debe ser autorizado por cada juez en particular, de cada juzgado en especial, analizando cada caso específico y el juez es quien firma esa salida transitoria, que es parte del derecho de la persona privada de su libertad”. Sobre el caso de las salidas de Vásquez y su primera participación en un evento en noviembre de 2011 en el barrio de Chacarita, aclararon que “una semana antes del evento se hicieron presentes agentes del SPF a analizar, chequear y detectar qué cuestiones de seguridad eran pertinentes para poder a llevar a cabo dicha gesta, dicho encuentro, dicha situación”.

El día del acto “ingresaron las personas privadas de su libertad al local y se dividieron en sectores. Cada uno de los sectores tenía como consigna a un mínimo de cinco guardias, todos ellos, adentro del evento, vestidos de civil”, indicaron. También cuestionaron al diario Clarín por la forma en que encaró la noticia: “Cada video y cada foto que publican los grandes medios opositores y desestabilizadores son propiedad de Vatayón y están publicados tanto en el Facebook de la agrupación como en el canal de YouTube de la misma. La investigación, entonces, no fue más que una nariz metida en un lugar al que cualquiera puede acceder”, finalizaron.

El supuesto escándalo de la salida de presos se pinchó rápido: se demostró que los presos solo salen con previa autorización de un juez. Es posible que haya cierto sector de la sociedad que se oponga a este tipo de salidas culturales. Es posible que haya quienes estén en contra de la resocialización y reinserción laboral y comunitaria de los presos y sus familias. ¿Tiene que pedir perdón un grupo de militantes kirchneristas por querer ir a hacer acción social a una villa, a una cárcel o a un lugar donde la marginación reine? El supuesto incidente con las salidas de los presos deja varias moralejas.

Cómo una noticia se puede armar con muy poco. Cómo, también, esta misma noticia se puede desinflar como un globo desatado cuando se ofrecen datos concretos: que las salidas contaban con autorización y que los presos que salieron de la cárcel volvieron sin ningún problema. Y cómo una parte de la sociedad quiere ver escándalos allí donde no existen, ver “actos políticos” donde hay militancia política para ayudar a los que necesitan ayuda.

Fuente: http://www.cronica.com.ar/

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